Los gobiernos del mismo gobierno, el del
dinero, con la inestimable ayuda de los llamados “sindicatos mayoritarios” nos fueron colando año tras año, acuerdo tras acuerdo y así
durante toda la primera década del presente siglo, pírricas subidas
salariales del 2% sin cláusula de revisión salarial que garantizara el
poder adquisitivo de nuestros salarios. Ahondando en este
agravio, a partir del
2004 nace en la AGE el salario diferido, el salario en especie, el negocio, la
especulación con parte de nuestro salario por medio del denostado Plan de
Pensiones de la AGE que
sólo ha beneficiado a los promotores quienes, por medio de la Entidad
Gestora formada por BBVA, CCOO y UGT, perciben unas cuantiosas
comisiones.
Ahora nos vienen con lo mismo, no se habla
de acuerdos salariales que incluyan la cláusula de revisión salarial,
buscan nuestro conformismo mostrando como un gran logro conseguir subidas del 1
o 2 %, en la propina se dirime el juego.
En el año 2016, el IPC (índice
ya de por sí manipulado) subió un 1,6% y nuestros
salarios un 1%, sin la cláusula de revisión salarial, el
resultado en un solo año es una pérdida de poder adquisitivo del
-0,6% . Las previsiones para el 2017, precio del petróleo, de
la electricidad y otros agentes especulativos mandan, oscilan entre un 2% y
el 2,5%.
Se ha tildado a estas cláusulas de
salvaguarda del poder adquisitivo de los salarios de ser una antigualla, algo
que carece de sentido dentro de una economía globalizada, moderna y
competitiva, los salarios, según los gurús de la “nueva” economía, han de estar
ligados al crecimiento y a la productividad. El neoliberalismo
capitalista se atiene solo a estos principios y contra su poder dictatorial
cualquier crítica es tachada de antisistema.
Dicho esto, es hora de poner en
evidencia, de nuevo, las contradicciones de un sistema que ya solo practica un
principio tan injusto como antieconómico: el fomento de la desigualdad. Somos
el segundo país más desigual de Europa.
El PIB (producto interior bruto) subió
en el año 2014 un 1,4% (12.000 millones de euros); en el 2015,
un 3,2% (38.000 millones de euros); y
en el 2016 previsiblemente, (falta confirmar el dato), subirá otro 3,2%
(alrededor de otros 40.000 millones de euros) totalizando una
subida en los últimos tres años de cerca de 90.000 millones de
euros.
En el mismo periodo, a más
de 8,6 millones de pensionistas se les ha incrementado la
pensión un 0,25% anual; a más 18,5 millones de ocupados su
salario, en estos tres años, no le ha incrementado más allá del 1,5% (un 1% en
el caso de los empleados públicos); más de 3,7 millones de personas en
paro, la mitad sin prestación, solo han padecido una mengua en sus
ingresos; las familias de más de 8 millones de estudiantes no
universitarios han sufrido los recortes en educación; 1,4
millones de universitarios comprueban, con horror, como lo único que
ha crecido es el importe de su matrícula; una población de
más de 2,2 millones de menores de 4 años, por razones obvias, nada
aportan para aumentar los ingresos familiares.
Dicho de otro modo: el crecimiento
del que tanto presume el gobierno, no ha beneficiado en nada a la mayor
parte de la población, luego debemos concluir que sólo
beneficia a una minoría, la cual, por otra parte, dispone de medios, trucos y
triquiñuelas legales, alégales e ilegales para distraer, esconder y jugar con
sus suculentas fortunas (SICAV, Panamá, Suiza, Luxemburgo y otros paraísos
fiscales). Tres personas en este país acumulan lo mismo que el 30% más pobre de la
población del país, es decir, poseen lo
mismo que 14,2 millones de habitantes, según el último informe de Oxfam Intermon.
Tiremos de ironía. Nos encontramos ante
personas enfermas, yonkis del dinero, que necesitan urgentemente un tratamiento
de choque, demandan un rasgo de humanidad que bien podría consistir en la
aplicación de una generosa dosis de igualdad en forma de reparto equitativo de
la riqueza. Estamos a tiempo, no debemos defraudar sus expectativas.
¡CLAUSULA DE REVISIÓN
SALARIAL, YA!
Ningún comentario:
Publicar un comentario